domingo, 22 de septiembre de 2013


Del final de "ANTES DEL ANOCHECER"
al inicio de un GRUPO DE ESTUDIO

(fotograma de la escena final entre Jesse y Celine)

- Está bien Jesse, ¿podés terminar con este juego estúpido?. No estamos en una de tus historias. ¿Escuchaste lo que dije?... ¿Escuchaste? - le dice ella

- Sí. Escuché. ¿Que ya no querés estar más conmigo?... Pensé que no lo estabas diciendo en serio, pero si es así.... Muy bien, sos como las nenas y como tantos otros: querés vivir en un cuento de hadas. Yo sólo quiero mejorar las cosas. Te dije que te amo incondicionalmente, te dije que sos bella, te dije que tu trasero se ve genial, intento hacerte reír... (da la impresión de que ella se está hastiando, ¿no?) Aguanté mucha de tu mierda y si creés que soy un perro que siempre va a volver, estás equivocada. Pero si lo que querés es amor de verdad, pues bien: es ahora. Es la vida real, no es perfecta. Si no podés verlo, entonces... estás ciega. Me rindo


Pausa. Larga pausa. Ella hace un movimiento y por un instante creemos, con Jesse, que está por irse. Pero no. Sigue ahí, enojada, harta. Y las miradas se rehuyen y se encuentran y se rehuyen. Son segundos. Y en esos segundos se nos filtra a los que hemos viajado con ellos a lo largo de estos años aquella otra escena de la primer película...



Y claro. Aquí se desata la catarata: hoy son los mismos pero a la vez no, los rostros ya no tienen la frescura de la juventud ni del enamoramiento, ahora se están viendo "tal-cual-son" (?) y etcétera, etcétera. Pero no es a eso a lo que quiero apuntar cuando aprieto el botón de pausa.

Todo lo que quiero es preguntarme 
qué en lo que se dicen 
la hace pasar a ella a esto que aquí sigue 
(no es sin el "basta" que acaba de plantear Jesse, pero no hay modo de que se reduzca a eso...):

-¿Qué hay de esta máquina del tiempo? - a partir de aquí el rostro de ella se vuelve a iluminar

- ¿A qué te referís?

- ¿Cómo funciona?


- Es complicado 
- Jesse empieza a relajarse

- ¿Voy a tener que desnudarme para operarla? ... Digo... 

-Sí, sí es un problema. De lo contrario se cierra y no viaja bien en continuado a través del tiempo y del espacio 

- Guau, sos tan listo - y ya ha vuelto la Celine seductora que juega a ser la mujer embobada por el escritor, ésa que, ya sabemos, a toda costa ella no quiere ser "en la realidad" - ¿"Tiempo y espacio"?.. ¿"Continuado"? (el plano de la cámara empieza a alejarse y sobreviene el final de la película)


¿Cómo sucedió la transformación?. ¿Cómo es que se abrió esa ventana?.

¿Se trata aquí de aquella interpretación lacaniana de que el amor permite al goce condescender al deseo?. 

O dicho aún en otros términos: 
¿eso que en Celine hasta hace un instante giraba en redondo, 
acaba de pasar a través de lo cómico del amor
a otro plano: el del chiste y su relación con el deseo?

PORQUE PARA LACAN 
EL AMOR NO ES UN CONCEPTO
LES PROPONGO 
UN GRUPO DE ESTUDIO PARA ABORDAR 
LA CUESTIÓN DEL AMOR, 
EN LACAN.


Arrancaremos con su seminario VIII 
y empezaremos a dialogar con el reciente y apasionante libro de Jean Allouch, "El amor Lacan"

Quienes deseen sumarse, escríbanme a cpn_centro@yahoo.com.ar


Guillermo Cabado



PD: les comparto aquí un pasaje de "El amor Lacan":

"La audacia de Freud, a despecho de su extravío al considerar al amor como "hacer uno" como fusión, o más bien en ese mismo extravío, habrá consistido en volcar ese amor unificante a cuenta del narcisismo, de donde se desprende (he aquí la audacia) que se cuestione hasta la raíz lo que sería, lo que quisiera ser, el amor hacia otro, la pretendida apertura hacia el prójimo del amor (...) Y ahora captamos por qué razón Lacan se interesa en ese amor unificante. No se trata tanto de decir que eso no marcha (lo que padece cada uno de los que se embarca en esa galera), tampoco de hacer valer que un nuevo amor es para beneficiar al otro, sino de tomar nota de forma algo realista de lo que se presenta, a asaber, el amor fusión, el amor narcisista, la ilusión amorosa del 1+1=1, el espejismo del otro como uno, para de allí, extraer una posibilidad. Por más extraviado que esté, ese amor, incluso por sus propios impasses, abre la vía que permitiría la reducción del ser del otro. ¿Reducción a qué?. La respuesta "a petit a" sigue siendo parcial. En tanto que otro, el otro se encuentra tomado como petit a; pero, en tanto que ser, ahora también sabemos a qué se encuentra reducido: al parêtre. Incluso en la medida en que constituye un impasse, al amor narcisista, fusional, el amor impotente, el amor que apunta al ser del otro abre una vía a la reducción de ese ser. ¿Diremos que ese nuevo amor va a permitir romperse cont(tra) el parêtre?" (pag 321 a 323, el subrayado es mío).


(imagen tomada de la Revista Literaria La Noche de las Letras)

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