sábado, 22 de octubre de 2011





Relacionado con la serie
sobre el seminario IX de Lacan

"LA IDENTIFICACIÓN"

Al calor de
lo que hacen con lo que dicen
ciertas ediciones de imágenes



NO ES LA PRIMERA COMUNIÓN


Algunas formas de tratar la muerte de Khadafi han reeditado un hecho de discurso: los mensajes que se escriben con el cuerpo de ciertos muertos.

Soy de los que piensan que el psicoanálisis se esteriliza cuando pretende explicar lo que sucede en un consultorio. Cuando el psicoanálisis explica, tira por la borda su chance de curar. Y ése es un riesgo al que siempre estamos expuestos en la práctica cotidiana (doy fe). ¡Qué decir entonces del psicoanálisis aplicado!... Aplicado a explicar hechos que suceden fuera del consultorio, el psicoanálisis se vuelve absurdo...

Lejos de eso, asomarse a ciertos hechos de discurso, por ejemplo: en el arte o en los medios de comunicación, es una invitación a pensar en las ocasiones en que producen efectos en uno, es decir cuando lo escrito se vuelve una carta destinada a uno (1)... Así, sin esperar dirimir las intencionalidades del que me lo dirige (de todos modos siempre es más interesante lo que es hecho más allá de la intención...) me importa preguntarme: ¿qué de ese discurso me detiene a escucharlo?, ¿qué en él me provoca este efecto?, ¿qué es lo que el que me habla, acaso, esté haciendo con lo que dice?...

Entonces: el mensaje escrito con ciertos cuerpos. Aquí propongo una combinatoria posible para dialogar con algunas escrituras sostenidas en la imagen del último Khadafi:

"Totem y Tabú"
de Freud (1913),
"Vigilar y castigar"
de Foucault (1975)
y un personaje, Kurtz, creado por Conrad en "El corazón de las tinieblas" (1899-1902) y retomado por Coppola a través del cuerpo de Marlon Brando en "Apocalypse now" (1979)...

Para empezar entonces, clic en el señor Kurtz, vuelto coronel en aquella película...




TOTEM Y COMUNIÓN

"Representémonos la escena de aquel banquete totémico, dotándola además de algunos rasgos probables que no pudieron apreciar hasta ahora. El clan, en ocasiones solemnes, mata cruelmente y devora crudo a su animal totémico, su sangre, su carne y sus huesos; los miembros del linaje se han disfrazado asemejándose al tótem, imitan sus gritos y movimientos como si quisieran destacar la identidad entre él y ellos. Ahí actúa la conciencia de que ejecutan una acción prohibida al individuo y sólo legítima con la anticipación de todos; por otra parte ninguno tiene permitido excluirse de la matanza y del banquete".

("Totem y tabú", apartado 5 del capítulo "El retorno del totemismo en la infancia", de Sigmund Freud, 1913)




¿HABRÁ QUE TIRAR "VIGILAR Y CASTIGAR" POR CADUCO?...


"Por lo que toca a la justicia penal, una nueva era. Entre tantas modificaciones señalaré una: la desaparición de los suplicios. Existe hoy cierta inclinación a desdeñarla: quiza, en su época, dio lugar a demasiadas declamaciones (...)
(...) desde el siglo XIX (...) unos castigos menos inmediatamente físicos, cierta discreción en el arte de hacer sufrir, un juego de dolores más sutiles, más silenciosos, y despojados de su fasto visible, ¿merece todo esto que se le conceda una consideración particular, cuando no es, sin duda, otra cosa que el efecto de reordenaciones más profundas?. Y sin embargo tenemos un hecho: en unas cuantas décadas, ha desaparecido el cuerpo supliciado, descuartizado, amputado, marcado simbólicamente en el rostro o en el hombro, expuesto vivo o muerto, ofrecido en espectáculo. Ha desaparecido el cuerpo como blanco mayor de la represión penal"

("Vigilar y castigar", en capítulo "Suplicio": "El cuerpo de los condenados", de Michel Foucault, 1975)


Lic Guillermo Cabado


(todos los post de esta serie se pueden ver bajo el ítem "SEMINARIO IX de Lacan" que se encuentra en el índice de este blog, a la derecha)


(1) Ése por ejemplo es el valor que me parece interesante darle a lo que dice Freud en el pasaje citado : "ninguno tiene permitido excluirse de la matanza y del banquete". Cuando el mensaje escrito con el cuerpo de un muerto produce ese efecto en su oyente o lector... entonces "Totem y tabú" acaso tiene algo para decirnos. Cuando no, como el agua que no se ha de beber, el texto seguirá corriendo por el cauce; nunca se sabe cuando pueda volverse un mensaje para alguien.

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